domingo, 18 de septiembre de 2011

Correspondencia

Este texto no es mío, es de un amigo que volvió de Etiopía. Pero el texto no tiene nada que ver con Etiopía.


Estimada Amiga,

Lamento informarla sobre el desencuentro del día de la fecha de anteayer. El problema fue que tenía que correr a comprar unos pantalones para mi tía Jazmín que tanto quiero.

Y allí estaba en Junín y Peña con los pantalones cuando sucedió lo que yo, menos que nadie, esperaba. ¡Apareció Julián! ¿Podes creerlo? Y no me vio. Yo no dije nada.

Pero antes de irme lo espié mientras se probaba unas sandalias. Talle 41 le dijo al ayudante de zapatería. Porque ya no estamos en un lugar donde venden pantalones. Ahora mientras lo espío llamo a la camarera:

“camarera, por favor, me trae un vaso de soda si es tan amable?”

Nunca pensé que fuera amable, pero el vaso lo va a traer igual.

Su jefe se lo demanda así. Y Carlos no es un tipo al cual es fácil desobedecer. Mucho menos cuando los vasos de soda están involucrados.

Pero ese día ella no estaba contenta. Y discutió. Y la dejaron de patitas en la calle. Y no pago el alquiler. Y le sacaron su hijo. Y las sandalias tan lindas que se había comprado en Junín y Peña nunca se las compró.

Y se quedo literalmente de patitas en la calle.

Y ahí la vi yo. Y le grité: “¡Julián!, ¡hijo de puta!

Te pido perdón. Pasamos la reunión para la semana que viene te parece?

un beso grande

twiteame y arreglamos.

xx

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