domingo, 6 de febrero de 2011

Estilos mezclados, ausencias de casillas

...venía caminando, se oían antiguas voces, esas que susurra el viento a través de las generaciones. Y un hombre grande decía que los de países limítrofes nos roban el trabajo, otro que los "hippies" deberían ir a laburar, que los anarquistas hundieron al país, que los milicos esto, que políticos lo otro. Y discutían fervientemente...puntos de contacto y puntos de repelencia. Fogosa discusión (y muy peligrosa para una cena).
Luego hablaron de religión, que la fe verdadera es la cristiana, que el judaísmo esto, que los musulmanes lo otro, etc.
Así, hablaron de todo, parecían los eruditos del Estado mundial. Qué elocuencia, qué firmes palabras, qué capacidad de respuesta, pregunta y contrarespuesta. Ningún silencio, ninguna duda. Todo ya estaba dicho y hecho.

De golpe, el delirio místico se va. La calle entra a mi mundo...y qué se ve. Lo que estos señores decían? No, creo que me metieron otra dimensión por error.

Un cura andando en Skate?
Un policia cantando temas musicales a lo cantante de pop?
Una pendejita escuchando hardcore, tatuada y con piercings, dibujando unicornios rosas en su cuaderno?
Otra aludiendo su pureza revolcándose con todos?
Políticos que dicen la verdad? (bueno, esto, es verosímil)
Un anciano homosexual?
Un aborigen capitalista?
Un país nacionalista lleno de extranjeros?
Un punk que estudia ingeniería?
Un nerd que se levanta a todas las chicas?
La lista sigue pero no la necesita nadie.

Fulano es...qué es?

Estaba esa misma dimensión en mí y en esos hombres; sabios de la vida, poseedores de conocimiento precedentes a los principios de la humanidad misma. Primerísimos creedores de sus ideas, transmisores radiales de las mismas. Y...eternos vacíos de saber.

Nada. Todo puede ser todo o algo o nada o estas tres cosas a la vez. Estas voces del pasado se reproducen como parásitos en un sistema y dicen cosas sin saber de aquellas. Y no viven, sólo hablan. Ni siquiera, sólo son parlantes de una entidad que no existe y quizás, nunca existió.

Y la realidad no es una, ni son veinte, ni infinitas. No tiene definición ni numeración.
Un nene, inocente, infantil y risueño me contestó con otras frases que no venían con forma de palabras.
Venían con gestos, con deseos, con risas y sin prejuicios.
Ese nene era el todo. Lástima que creció y ya anda diciendo boludeces como todos.

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